Junaeb

Esperé a que se fuera y volví a mi puesto, otra vez más, el mismo camino, las mismas ramas, las mismas colillas de cigarro y cajas de vino; tiempo atrás fue mi lugar favorito.

Pienso en cuanto la amo y cuanto ella acepta, tal como me dijo Mario, te acepta toda tu mierda porque está enamorada, tu sabes que es cierto, olor a cigarro, aliento a vino y celos injustificados.

¿Como te sientes ahora?
¿Como te sentías antes?

No vale la pena prender más el fuego con hojas secas ni avivar la pelea con más alcohol.

Aun así volví, me senté, abrí el ron blanco Mitjans, bebida blanca de marca barata, poca, quería sentir como me quemaba la garganta y el pecho, y así fue, sentía tragar, adormecerme, el frío del trago en mis mejillas que se derramaba en el cuello de mi chaqueta y pensar que llegué en un mal momento de su vida, otro vaso más y la misma historia, ya el mundo es más suave y el toque salino de las lágrimas no le dan un buen sabor.

Miro el celular, 02:34 A.M, pienso en lo fácil que fue antes, en mi perro que ahora está quién sabe donde, quizás muerto, quizás haciéndolas de vagabundo, y en mi, patético, sentado en un estero, pensando en lo miserable que debo verme, pensando en que quizás le doy demasiado color al cuento y no es más que una borrachera, debí haberlo pensado antes.