Yoguito

La noche era como cualquier otra en el que me atacaba la nostalgia de mi niñez y tiempos pasados donde la persona más fuerte del mundo era mi abuelo y sus hombros, el lugar más alto en el que en un futuro lejano yo aspiraba a llegar, la droga que nos hacía tiritar era Yupi-Cola caliente y sincronizábamos nuestros relojes para sentarnos a ver el nuevo capítulo de Pokemon; fugazmente los hombros de aquel héroe ya no tiene nada en especial y tu cara se empalidece al fumar más de lo debido, los sueños de convertirte en un científico o un bombero están perdidos tal como tu juego de lego que tanto dolía cuando lo pisabas.

La noche era como cualquier otra y yo me adentraba en el recuerdo de un falso mundo de felicidad y cariño que se esfumaba tan rápido como el tabaco de mi cigarrillo.